Me despierto con un sobresalto, no sé qué pasó, qué me pasó... Veo todo pasar muy rápido, hay mucha luz a mi alrededor, estoy acostada al parecer.
¡Aaauch! Mi cabeza duele, arde. Lo mismo con mi espalda, siento como si un montón de agujas atravesarán toda mi espina dorsal. Logró mover un poco mis brazos, hago lo mismo con mis piernas, pero mi cuello parece atrapado en algo, ¿tal vez un collarín?
-Señorita, no se asuste. Estuvo cerca de una gran explosión, no parece tener quemaduras en su cuerpo pero la levantamos de un parabrisas roto, tiene muchas heridas en la espalda y piernas, tenemos que evaluar el daño. Estamos ya en el hospital... –me dice un joven, seguramente es un paramédico ya que se le ve con uniforme azul.
Escucho mucho ruido, gritos, un escándalo, y una mujer llorando.
-¡Caro!
De repente veo a Armando a mi lado, es raro pero no puedo articular palabra. Todo parece tan ajeno a mí, a pesar de que soy consciente el cuerpo no me da para contestar.
-¡Caro! ¿Caro? ¿Ella está b