Claire: Camino de un lado a otro por la sala, sin poder detenerme. Siento el corazón en la garganta. Marcos está sentado en el sofá leyendo algo en su tablet, pero cada dos segundos levanta la cabeza, siguiéndome con la mirada como si yo fuera un incendio a punto de descontrolarse.
—Claire… —cierra la tablet suavemente—. Llevas así desde anoche. ¿Qué pasa?
Me detengo. Tomo aire. Y siento cómo la angustia se me sube a los ojos.
—Marcos… tengo que contarte algo. Y es sobre Alice.
Él deja la tablet a un lado y se incorpora. Siempre ha tenido esa calma de abogado que nada lo sorprende. Pero esta vez sé que sí lo hará.
—Te escucho.
Me siento a su lado, pero enseguida me vuelvo a levantar. No puedo estar quieta.
—Alice ha estado metida en un problema legal muy serio. En la galería falsificaron documentos… falsificaron su firma. Y la comisión de arte la citó. —Trago saliva—. Suspendieron su licencia hasta que se investigue. No puede salir de la ciudad.
Marcos parpadea lento. Como si tuviera