Si alguien me hubiera dicho hace años que el hombre que cerraba acuerdos millonarios con un apretón de manos iba a terminar escondido detrás de una camara espiando a una mujer embarazada… me habría reído en su cara.
Y sin embargo, ahí estaba yo.
Escondiéndome de mi propia novia.
de espia en su propia casa.
Porque estaba… cuidándola.
O eso intento recordarme cuando realmente lo que estoy haciendo es temer por mi vida si se entera de lo que planeé.
—Esto es una pésima idea —murmura mi monólogo interno número 27 del día.
—No, es brillante —me contradigo a mí mismo—. Soy un hombre responsable. Un futuro padre. Mantenerla vigilada es necesario.
¿Que envíe a Tyler como su guardaespaldas 24/7 sin consultarle?
Solo es un detalle menor. uno muy Insignificante.
Debate interno para la basura.
Desbloqueo mi teléfono y veo el mensaje de Tyler de esta mañana:
> Tyler: “Señor, misión cumplida. Ya estoy apostado como francotirador emocional afuera de la habitación de la señorita Alice.”
No sé qué d