El ambiente en la oficina de Leonardo era sobrio pero moderno, con ventanas que dejaban entrar la luz tenue de la tarde. Esteban y Leonardo se sentaron frente a frente, el aire cargado de cierta formalidad tensa.
—Bien, Esteban —dijo Leonardo mientras entrelazaba las manos sobre el escritorio—, cuéntame más sobre las propuestas que mencionaste.
Esteban se sintió levemente y desplegó una carpeta con gráficas y reportes.
—Tengo en mente una alianza con una firma europea especializada en energías limpias. Ellos están buscando expandirse en Latinoamérica y necesitan un socio sólido. Pensé que nuestra empresa podría aprovechar esa oportunidad.
Leonardo ascendió, hojeando los documentos.
—Interesante. ¿Y cuáles serían los términos iniciales?
—Inicialmente, una inversión conjunta del 50%. Ellos aportan tecnología, nosotros infraestructura y capital. El proyecto piloto sería en el sur del país.
Leonardo se reclinó ligeramente en su silla.
—¿Y ya hablaste con los representantes de esa firma?
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