324. La grieta en la celda.

Narra Lorena.

No hay barrotes.

Eso es lo más inquietante.

No hay barrotes, ni gritos, ni ecos húmedos en pasillos interminables.

No hay olor a encierro, no hay mujeres gritándole a la noche desde colchones podridos.

Esto no es una cárcel.

Y, sin embargo, lo es.

Una jaula blanca.

De diseño minimalista.

Con muebles silenciosos.

Con flores frescas cambiadas cada dos días.

Con enfermeras que no visten de blanco, sino de gris claro, con zapatillas suaves, que no hacen ruido al caminar.

No me gritan.

No me dan órdenes.

Me preguntan cómo me siento.

Me ofrecen jugo natural.

Sonríen.

Y eso, justamente, me da más miedo que los grilletes.

Porque lo hacen con un entrenamiento quirúrgico.

Cuidan cada palabra. Cada gesto.

Como si yo fuera una bomba durmiendo.

Y tal vez lo soy.

Intenté recorrer el pasillo del ala este. Tres puertas. Una cámara discreta en la esquina superior. Una enfermera que apareció sin que la llamara, con la excusa de un chequeo de rutina.

Intenté abrir el placard del ala oeste,
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP