Cuando Anne despertó, lo primero que vio fue su mano, entrelazada a otra mano.
《 Esa mano es tan grande comparada a la mía 》 pensó
De pronto, aquella afirmación sonó tan descabellada que le dio un miedo infinito.
Anne alzó la manta y pudo ver su pecho desnudo, aquel brazo abrazándola y temió lo peor.
Todo lo que recordaba era haber dejado a Felipe en aquel bar. Temió haber cometido una locura, cuando se giró a mirar, lo encontró a él a su lado.
《¡Felipe! ¿Qué hice? 》 pensó.
Cuando se dio cuenta de que él estaba por despertar, se hizo la dormida.
Felipe abrió los ojos y la miró a su lado, observó su hermosa silueta y besó su mejilla con dulzura.
—Anne, me duele tanto que me odies, y sé que tienes todos los motivos para hacerlo, soportaré tu rabia y rencor, nada me importa, porque te amo, solo quiero hacerte feliz.
Él se alejó, levantándose de la cama y yendo al cuarto de baño.
Anne se quedó ahí, congelada, con ojos bien abiertos y con sus palabras haciendo eco en sus sentimientos.
Alex