Dayana vivía el infierno que su pasado le ofrecía, mientras Liliana había tenido un largo día a lado de su nueva “familia”.
Eran casi las 10:00 pm cuando Theodore, Liliana, Catalina y Robert llegaron a la mansión Howard. El personal de servicio les ayudó a bajar todas las bolsas que traían con lo “más esencial” para Liliana.
Aquella joven mujer estaba sin palabras, ella jamás en su vida había hecho tantas compras, no sabía cuánto le iba a deber a Theodore, más considerando que eran marcas de diseñador.
Liliana vio su habitación llena de bolsas que debían ser acomodadas y pensó que eso lo haría al día siguiente. Admiraba la escena cuando la elegante voz de Theo la hizo voltear.
- Venía a ver si querías cenar, sé que llegamos tarde, pero Robert y yo, vamos a tomar un aperitivo, morimos de hambre. -dijo Theo, sobándose el estómago.
- ¡Oh! Pensé que no tenían hambre, me disculpo, todo ha sido mi culpa.
- Señorita Cedeño, tenemos mucho que trabajar… No puedes pasártela disculpándote p