Tras ver cómo se marchaba Will, Anya se levantó, tomó un baño y comenzó a alistarse para salir al teatro. Ahora debía pensar en a quién darle el asiento que tenía reservado para Will.
Ella había mentido, hoy, al ser la última presentación, el señor Urinn había preparado algo diferente al cierre, por lo que Anya había conseguido uno de los mejores lugares para su novio, pero al escuchar que debía ir con su familia, prefirió no decir nada.
Caminó al teatro, el estómago de Anya rugió, por lo que pasó a una modesta cafetería por un café y un chocolatín, el cual, comió y bebió con calma, mientras pensaba si realmente estaba haciendo lo correcto.
Pues, siendo honesta, estaba dejando pasar una oportunidad de oro y no es que le llovieran ofertas. Sí, sí era la bailarina del momento, pero eso no quería decir que podía darse el lujo de rechazar una oferta como la que el señor Urinn le ofrecía.
Aunque ya había hablado con el señor Urinn, este se había acercado nuevamente y le había dicho que si c