Hoy era sábado, Anya tomaba un porco de té de jazmín con una cucharada de miel, no sabía porque, pero hoy se sentía extraña, prácticamente la presentación de esta noche, era su última en la campaña del señor Urinn, algo dentro de sí le grataba que esto no era lo que quería, pero era lo que debía.
William había llegado a su vida así, de la nada, había llegado como brisa fresca en un momento en el que su vida necesitaba de eso, no podía simplemente de la noche a la mañana decir adiós a un hombre que tanto le había dado.
Aunque si lo pensaba bien, ya lo había hecho así con anterioridad y no lo recordaba de es amanera. Anya reconocía que haber decidido dejar a Theo no había sido fácil, pues el había sido su salvador.
Theo sin más ni más la había auxiliado, le había mostrado la vida desde otra perspectiva, sus platicas, su trato, el que la viera de una manera completamente diferente a la que solían verla, tal vez hizo que ella se aferrara a él.
Theo junto a Robert fueron las dos primeras pe