Lo único que deseo es que vuelvas a mí p2.
Por Val Soré
Despierto entre las mullidas sábanas de la habitación en la que me encuentro, con unas manos gigantes que me sostienen de la cintura y un dolor de cabeza de la puta madre.
¡Dios santo! ¿Qué mierda he hecho?
Veo al hombre que está de costado, con una incipiente erección y los recuerdos de la noche que pasamos vuelven a mi cabeza.
Tomo mis cosas y me visto rápidamente, necesito salir de aquí, como la vil rata rastrera y traidora que soy.
«Esto no lo puede saber nadie»
Bajo en el ascensor y la vergüenza me carcome ¿Cómo mierda me dejé llevar por ese maldito ogro sexi? Que digo, ¿Sexi? Es un maldito aprovechador, espero y después de esto no vuelva a dirigirme la palabra y me deje en paz…
Salgo del ascensor y miro a todas partes para ver que nadie me reconozca, esto sería tanto o más vergonzoso si alguien del hospital se entera que me acosté con el director general.
¿Qué mierda pasaba por tu cabeza, Val?
Todavía recuerdo la estupidez