Mazane
El matrimonio de Elizabeth Stewart y John Walker quedó sellado mediante un contrato. Tres años de matrimonio significaron esperanza y amor para Elizabeth, pero venganza para John.
Elizabeth, apasionada, inocente y soñadora, aceptó el matrimonio sin conocer los términos del contrato. John, creyéndola diferente a las mujeres consentidas y egoístas, vio cómo su imagen idealizada de Elizabeth se desmoronaba al descubrir el contrato. Creyó que había aceptado el matrimonio por dinero. Sintiéndose traicionado, decidió castigarla.
El día de la boda, John dejó a Elizabeth sola con los invitados. Esa noche, al llegar a casa, le arrancó toda la ropa y le dio solo ropa oscura y austera. Su habitación sería la de la criada, y ella se encargaría de las tareas del hogar. Su desprecio era implacable, y John decidió convertir los tres años de matrimonio en un tormento para Elizabeth.
Mientras Elizabeth sufría en silencio y esperaba el amor de John, soportando sus humillaciones y desprecios, sostenida por su fe inquebrantable. John se volvió cada vez más frío, cruel y distante. Pero todo cambió el día que terminó el contrato. Elizabeth desapareció misteriosamente sin dejar rastro, obligando a John a replantearse sus sentimientos por ella y emprendiendo una búsqueda desesperada de redención y amor por la mujer a la que había intentado destruir durante años.