DESTINADA A SER TU LUNA.
Hoy era mi cumpleaños, y toda la aldea de la manada Luna Plateada estaba lista para celebrarlo. Las luces, las guirnaldas y el aroma de las hogueras llenaban el aire, pero yo llevaba un secreto y un miedo que nadie podía ver: mi lobo aún no había despertado. Siempre había sido una latente, y eso me hacía sentir diferente, débil… inadecuada.
Pensé que esta noche podría traerme algo bueno, tal vez incluso Jackson, mi amigo de toda la vida, mirándome de otra manera. Pero cuando el vínculo se reveló, todo cambió. Él me rechazó públicamente, diciendo que no podía elegirme como su Luna porque no era lo suficientemente fuerte. Sentí como si todo mi mundo se rompiera en mil pedazos; la humillación y el dolor me atravesaron mientras mi familia intentaba consolarme.
Esa noche, bajo la luz de la luna, entendí que no solo había perdido un sueño: había comenzado una batalla que aún no sé si podré ganar.