Luna Desilusionada: La Huida de la Manada
Durante siete años, fui la compañera del alfa Lucas. Pero él nunca me besó. Hasta la noche de mi cumpleaños, cuando descubrí la verdad, al ver con mis propios ojos cómo Lucas, besaba a Isabella Sánchez, mi hermanastra y su primer amor.
Esa noche, al regresar a casa, le pregunté a mi hijo qué haría si yo rompía el vínculo de apareamiento con su padre y él respondió con la inocencia más cruel:
«Si tú desapareces, Isabella podría ser mi mamá.»
En ese instante supe que lo había perdido todo.
Pero también supe que si todo aquello me pudo ser arrebatado tan fácilmente, es porque nunca me perteneció.
Dejé atrás mi pasado, mi territorio de manada, y renuncié al rol que me habían impuesto.
Sin embargo, ahora, cuando el vínculo empieza a desvanecerse, tanto Lucas como mi hijo comienzan a buscarme con desesperación.