UNA OMEGA PARA EL ALFA CIEGO
—Helga, ayúdame, por favor, trae el auto. Está herido, muy mal, debemos llevarlo con nosotras.
—¿Lo conoces? —preguntó Helga, confundida.
—Sí… es Kael —su nombre escapó de los labios de Lyra con nostalgia.
—¿Kael? ¿El Alfa exiliado de la manada Luna Oscura? ¿Qué demonios le pasó? No podemos llevarlo a casa, Lyra, es peligroso.
Lyra ya comenzaba a atarlo con decisión, preparándose para levantarlo. Negó con la cabeza, no iba a dejarlo ahí, no a él, no después de todo lo que había pasado, no podría vivir con ese cargo de conciencia.
—No voy a dejarlo aquí tirado como un animal moribundo. ¡ayúdame!
***
Traicionado por la única mujer en la que confiaba, un poderoso Alfa queda ciego y marcado por el dolor. Herido, sometido y consumido por la rabia, se niega a aceptar que su nueva compañera destinada sea una simple omega, débil y proveniente de la manada más insignificante. Pero el destino es cruelmente sabio. Sin opciones, no le queda más remedio que aceptar su ayuda, aunque esto le cuesta mucho más que dignidad: le exige enfrentarse a sus propios demonios… y abrir su corazón a lo impensable.
Porque a veces, la salvación llega en el envoltorio más inesperado… y el verdadero poder no ruge, sino que susurra con ternura.