Renacida para elegir al hermano de mi prometido
En la ceremonia de madurez de mis dieciocho años, el viejo Alfa me llamó y me dijo que eligiera a uno de sus dos hijos como compañero.
Aquel a quien yo eligiera sería quien heredaría en el futuro la posición de Alfa.
Sin dudarlo ni un momento, elegí al hijo mayor, Keith, y todos los lobos en el salón de banquetes se quedaron boquiabiertos.
Después de todo, todos los lobos de la Manada Luna Plateada sabían que yo, la hija de la familia Abel, estaba profundamente enamorada del hijo menor del Alfa, Kane.
Le había declarado mi amor en varios bailes e incluso me había interpuesto entre él y la daga de plata de un cazador.
En cambio, Keith era un lobo conocido por ser brutal y despiadado, razón por la que todos lo evitaban.
Lo que ellos no sabían era que en la vida anterior, me había comprometido con Kane, pero el día de nuestra boda, él se acostó en secreto con mi hermana.
Mi madre se enojó muchísimo e hizo que mi hermana se casara con un Beta de la vecina Manada Lobo Negro.
Kane me odió por eso.
Trajo a cien lobas hermosas y atractivas de otras manadas, todas con los mismos ojos azules que mi hermana.
Incluso, después de enterarse de que estaba embarazada, se acostó con esas lobas frente a mí.
Todos los días me la pasaba sumida en un dolor extremo.
Finalmente, el día en que iba a dar a luz, me ató en el sótano y no dejó que nadie se me acercara.
Mi bebé murió atrapado en mi vientre, y yo partí con el corazón lleno de rencor.
Quizás la Diosa Lunar vio que era tan desdichada que me dio otra oportunidad, ¡y resucité!
Esta vez, decidí ayudarlo a estar con la persona que amaba.
Pero nunca imaginé que Kane comenzara a arrepentirse.