LA HIJA OCULTA DEL CEO
En esta vida existen las personas con suerte y las que no, me gustaría decir que pertenezco a las primeras pero no llego a clasificar ni siquiera en las segundas. Es como si Diosito me dijera todos los días "SIGUE PARTICIPANDO” o “SUERTE PARA LA PROXIMA"
—Ya termino de mirarme o tengo que esperar que finalice para que responda mis preguntas señorita, o mejor aún debo pasarle una charolita para la baba.
—Quisiera pedirle lo último, pero es tan arrogante que todo lo que tiene de bueno y sabroso, lo elimina cuando abre la boca. Por lo que veo no se puede tener todo en la vida, usted es un claro ejemplo.
— ¿Qué dijiste?
— ¡Oh! Ya veo, tengo que explicárselo con bolitas y palitos para que me entienda.
—Lárguese de mi hotel, queda usted despedida en este momento.
—Me encantaría decirle que acepto su propuesta, pero la única persona que me puede correr es el señor Juan Gotti y ese no es usted. Si me disculpa debo continuar con mi trabajo, asegúrese de cerrar bien la puerta cuando salga; por eso de las visitas incomodas.
Que la virgencita de Guadalupe, San Juditas Tadeo y hasta San Miguelito me agarren confesada. De donde saque el valor para hablarle de esa forma a semejante mangar de los dioses, ahora como saldré de todo este enredo.
La vida es un bendito bumerang que regresa cuando menos lo esperas; frente a mi tenia al chico que hizo que mi vida diera un giro de 360°. Como olvidarme de él si tenía un hermoso recuerdo, y cada vez que escuchaba la canción de Arjona me mojaba hasta los calzones “Para qué describir lo que hicimos en la alfombra, si basta con resumir que le besé hasta la sombra, y un poco más”
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