El planeta ha cambiado, extraños invasores se han apoderado de todo. Nadie sabe de donde vinieron o qué son con exactitud, sólo ha quedado claro que llegaron para quedarse. Se alimentan de sangre, los humanos son su comida y sus esclavos. Sin embargo, una pequeña resistencia trata de hacerles frente, luchando para sobrevivir en un mundo apocalíptico. Catarina Jones de veinticinco años no descansará hasta acabar con todos los llamados "Originales", vengar la muerte de sus padres y restablecer el equilibrio. Pero ¿podrán los humanos acabar con criaturas con mayor fuerza y velocidad?
Ler maisEl sol se ha mantenido oculto casi en su totalidad por quince años. Los rayos tenues pasan a través de una gruesa capa de humo morado. El cielo siempre es morado ahora, en varias tonalidades dependiendo de la hora del día, púrpura en la madrugada, lila al mediodía, violeta con vetas rosas en la tarde y negro en la noche.
Al principio se pensaba que con el tiempo la neblina iría desapareciendo, disipándose lentamente. Pero no fue así. Ellos la necesitan. Los recuerdos de un cielo azul y un sol amarillo naciendo en él, se atesoran en la memoria, a través de películas y fotografías, las pocas que quedan. Los intrusos, como algunos los llaman, son vulnerables a la luz solar directa. No los mata enseguida, pero sus habilidades se ven comprometidas, se vuelven débiles dando a los humanos una oportunidad. Una oportunidad opacada por una neblina que no desaparece. Las ciudades son solo la sombra de lo que solían ser. No hay niños jugando en los parques, ni autos transitando por las carreteras. No hay nada salvo abandono, muerte y caos.
Los líderes de los Vampiros se han dividido por zonas a lo largo del planeta. Hay uno en Londres, Nueva York, Roma, Buenos Aires y Berlín. Protegidos por Vampiros inferiores y Convertidos. Estos últimos son el eslabón más débil. De apariencia humana y no tan poderosos como los Originales. Son los encargados también de mantener a los humanos trabajando, seleccionando quiénes irán para los campos y cuáles para el matadero. Los campos en los que se mantienen vivas a las personas, no son más que unas granjas, lodazales llenos de inmundicia en las que son obligados a vivir. Salen solo para realizar trabajos de servidumbre y construcción. No existen muchas opciones, es eso o ser ganado, a los que desangran lentamente, alimentados de manera especial para obtener ciertos sabores de su sangre. Al principio la misión era salvar a tanta gente como fuera posible, pero ahora, es acabar con tanto de ellos como den las fuerzas. Es la guerra, siempre habrá muerte en la guerra, y esta, es una que la humanidad va perdiendo.
El mayor número de los males que sufre el hombre proviene del hombre mismo” Plinio el Joven2019El doctor Griffin Schneider al fin tenía buenas noticias que contar. Después de cientos de estudios fallidos y años encerrado en aquel laboratorio alejado de cualquier contacto humano, había logrado crear un portal, uno con el tamaño suficiente para que una persona lo atravesara sin problemas. No como el pequeño círculo color violeta que abrió dos años atrás en lo alto del inmenso aparato. Aquel día por más feliz que se encontraba, sus jefes solo se limitaron a exigir el aumento en el tamaño y el tiempo de duración de la apertura. Hasta el momento solo había conseguido mantenerlo por un minuto y medio sin tener información clara de lo que existía del otro lado del agujero, o adonde llevaba.Después de un sin fin de noch
El resto del día pasó con relativa calma. Comieron carne de venado secay algo de caldo. Luego, Raúl, los guio a un cuarto en la parte más baja yse repartieron algunos sacos para dormir. No es de noche aún, pero muchosdescansan. Después del trauma que vivieron, es natural estar en reposo, tiempopara pensar y asimilar lo que vieron, lo que escucharon, lo que sintieron.El saco de dormir gris de Cat tiene un extraño olor agrio, descansa justoal lado de Amy y Tara. Las dos duermen profundamente, los pensamientosla mantienen despierta, pero decide rendirse al sueño. Se acomoda dentrode la tela gruesa que la envuelve, cuando siente unos pasos que entran en lahabitación. Ve de reojo que Jenkins se acerca donde Alex y lo despierta, aligual que Steve, Carlo y Miriam. Por último, se dirige a donde están ellas.—Cat, Amy —dice en un susurro.
No sabe cuánto tiempo ha pasado. En algún punto, el movimiento constantedel bus se tornó habitual y dejó que sus pensamientos la envolvieranquedándose dormida sobre el hombre de Amy. Se despierta lentamente ynota que aún se están moviendo. Mira por la ventana, todo se ve verde, elcielo está un poco más claro lo que quiere decir que está amaneciendo.—South Down —responde Amy a la pregunta grabada en su cara—.Solía ser un parque nacional, atractivo para los turistas.Observa alrededor y solo puede ver rostros marcados por la tragedia y eldolor, perdieron a muchos en este último ataque. Owen se niega a pensaren él. Siente cómo la pena se va arraigando en su pecho, una vez que ladeje salir, no podrá contenerla. Por otro lado, está lo que presenciaron,esa criatura, es sencillamente indescriptible
A pocos kilómetros de la base, los gritos se escuchan fuertes y claros.La mente de Cat va inevitablemente a la noche en que Thomas murió. Lamisma desesperación y angustia se sienten en el aire. El auto avanza ypueden ver la escena atroz que está teniendo lugar. Todas las puertas de labase están abiertas, las luces de alarma brillan como faros en una nochesin luna, el sonido estridente de advertencia se repite sin cesar. Sobreel lugar, decenas de Originales sobrevuelan. En tierra, los Convertidosdesgarran la garganta de los que hacen frente. Un lamento ahogado suenaal lado de Cat y no le extraña ver lágrimas en los ojos de la doctora.—Todos alisten sus armas —ordena Jenkins a medida que se acercan.—¡No hay forma de que podamos ganar! —exclama Steve—. ¡Sondemasiados! Será un suicidio.—¡Nadie te obliga a ir
Después de varios minutos, Jenkins aparece en la puerta. Lleva el sablede luz ultravioleta cruzado en la espalda y un cinturón donde reposa unrevólver corto y sus municiones. Todos están atentos, a la espera de lasiguiente orden. Camina a paso firme al centro de la habitación. Toma unrespiro y clava su ojo en cada uno de los rostros que lo rodean. Sabe quees arriesgado, que cualquier cosa podría salir mal, pero no tienen de otra.—Todos saben muy bien que lo que estamos por hacer no será tareafácil —comienza a hablar—. Estamos por salir, con el cielo negro sobrenosotros. Puede que nos topemos con algunos Convertidos o quizás hastaalgún Original. Si logramos llegar hasta las puertas de Alana, una vezadentro tampoco será fácil. Recuerden que no sabemos con exactitudcuántas personas habitan esa base. Tenemos que se
Puede sentir que la llaman, abre los ojos y se topa de frente con el rostrode Jenkins. Las imágenes de lo ocurrido invaden una a una su cabeza y lavergüenza comienza a realizar su camino, apoderándose de cada poro de sucuerpo. “Muy bien Cat, eso que venías a ponerle fin”, piensa. Ya se imaginala voz burlona de Amy riendo de ella y diciéndole una y otra vez “te lo dije”.—¿Estás bien? —le pregunta David—. Nos quedamos dormidos, vaser mediodía.—Sí, sí, claro —le dice, con la voz rasposa, mientras trata de levantarseenvuelta en la sabana.—¿Estás nerviosa por algo? ¿Te preocupa que no nos hayamos cuidado?“Oh dios, solo quiero que se calle, no incrementar esta vergüenza”,piensa Cat.—Porque sí lo hicimos —continúa—, fui muy
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