Fue llevada a una clínica pequeña, tratada por personas que ya sabían de la existencia de Karim, gente que claramente recibía dinero para callar.
En la habitación, Jaya miraba hacia un lado intentando recuperarse. Quería escapar, salir de allí lo más pronto, pero no podía luchar así, la puerta estaba custodiada y comprendió que la clínica debía ser de Karim.
«Me ha dejado con vida, no lo puedo creer, me ha dejado con vida, ¿por qué? ¿Solo por amor?»
La mujer entró en tensión al sentir que abrían la puerta. Su esposo entró, cerró la puerta y se acercó a ella.
—¿Te sientes bien?
Ella no respondió, arrugando el rostro por lo desagradable que le suponía que él estuviese allí en su presencia y le hiciera tal pregunta, decidió ignorarlo.
Él suspiró. Ladeó su cabeza. manteniéndose en silencio durante un breve momento.
Metió las manos en los bolsillos, ya no cargaba el pantalón de vestir, sino un jean junto a un suéter negro de cuello tortuga, encima una chaqueta de traje del mismo colo