(Narración en tercera persona)
—Olivia —dice su nombre, y es una caricia falsa, un gancho envuelto en seda. —Qué rápido cambian las cosas. ¿No crees? Hace poco eras tú la que estaba… indispuesta. Y ahora es mi tío. —Da un paso hacia ella, sonriendo con una condescendencia que le hiela la sangre. —Parece que el destino nos sigue dando oportunidades para… reconectar.
El vestíbulo del hospital, con su luz fría y su olor a desinfectante, de repente se convirtió de repente en un campo de batalla íntimo. Caleb se separa de la columna, cerrándole el paso a Olivia con una sonrisa que no llega a sus ojos, que permanecen fríos y calculadores.
—Olivia —Susurró con una intensión cargada de falsa preocupación. —¿Hasta cuándo vas a seguir con esta farsa? —Añadió tendiéndole la mano para agarrarle el brazo, pero ella se apartó con una rapidez que lo dejó momentáneamente desconcertado. —¿Esto es solo por orgullo? ¿Resentimiento hacia mí? ¿De verdad vas a sacrificarte así, pegada a un hombre que… vamo