(Narración en tercera persona)
El salón, aún reverberaba por la tensión del ataque fallido de Beatriz, se convirtió en el escenario de un nuevo frente de batalla. Jennifer, la madre de Caleb, con su rostro habitualmente indiferente, ahora se había convertido en una máscara de estupefacción e ira contenida, intercambió una mirada fulminante con su hijo. El mensaje era claro: ¿Qué demonios está pasando?
Bajo la férrea influencia de Jennifer, Caleb no solo había aceptado sustanciosos sobornos de una empresa competidora, sino que había garantizado con arrogancia que sería incluido como socio clave en el proyecto de Lion. Era su boleto de regreso al centro de poder, obteniendo por fin su revancha. Pero Lion, una vez más, había cambiado las reglas del juego sin consultar a nadie.
Jennifer, con la elegancia de una pantera, se abrió paso hacia Lion, su sonrisa tan fría como el mármol del suelo.
—Lion, querido. —Comenzó a farfullar, su voz era un zumbido sedoso que pretendía ser confidencial,