Mundo ficciónIniciar sesiónLa mañana me encontró con el café a medio tomar y viendo un punto fijo a través de las ventana.
- Buenos días amor---Felipe besó mi cabeza y luego se sentó a mi lado en la mesa---te veo cansada¿estás segura de querer ir?---preguntó con duda. - Buen día para ti también---lo vi tomando de su taza.--- Lo estuvimos hablando ayer, y asi el fuera un cobarde , yo no me parezco a el , menos mal. No me parezco en nada a él---repetí como para convencerme--- y se lo voy a demostrar--- tomé un sorbo de café y luego otro, necesitaba despertar.--- No dormí nada anoche---bostezé como un niño pequeño,pero tapé mi boca enseguida con la palma de mi mano. - Sí que estás cansada---meneó la cabeza riendo. Das miedo cuando estás cansada y no lo digo por la cara,sino por el genio que se esconde detrás de esa cortina---hizo un gesto muy gracioso con la mano. - ¿Qué cortina? ¿Qué dices?--- sonreí con una mueca. - La cortina de calma que cubre los cables que se te pueden cruzar en cualquier momento--- mis carcajadas rompieron el silencio de la sala---estás loco ¿sabes? Le vi de reojo y su cara delataba las ideas tan raras que tenía. Felipe era un libro abierto, últimamente podía leer cada página suya sin indagar demasiado. - Sí, sé que estoy loco Isabel,pero estoy loco por ti. Te amo ¿sabes? --- acarició mi brazo y me estremecí. Hace mucho tiempo no me sentía así. Echaba en falta su toque, su caricia y ni hablar de sus besos que me solían sacar de mi ser completamente; había veces que ni yo me reconocía. Si tendré que vivir sin mi marido, moriré en vida. Por varios minutos nos miramos a los ojos y escenas de cariño y amor pasaron por mi mente como una película. - Tenemos que irnos---miró el reloj en su muñeca para luego posar la taza en la mesa. Me levanté para recoger y me tomó la mano---Isabel mírame---ordenó y yo obedecí levantando la mirada hacia el.---Te amo---acarició mi mejilla---te juro que si no tendríamos que salir ahora, te haría el amor hasta cansarme---temblé con todos los porros--- Y sabes que de ti no me canso nunca---levantó mi barbilla con un dedo y rozó mis labios con los suyos. Cerré los ojos con fuerza y la imagen de nosotros dos , desnudos, haciendo el amor y gimiendo, ocupó toda mi imaginación. ¡Dios, cómo lo deseaba! ¿Y cómo no hacerlo, si lo amaba con todo mi ser? ***** -Tomen asiento --- nos indicó el letrado, y nosotros como buenos ciudadanos le hicimos caso(nótese el sarcasmo). - No hubiéramos venido, pero queremos terminar con esto cuanto antes---solté con franqueza. Mi comentario no le tuvo que gustar mucho por la mueca de desagrado que no ha fingido para nada. - Créanme cuando les digo que yo soy el que más interés tiene en acabar ya con este asunto, más que nada, porque usted---me señaló a mi---es bastante complicada a la hora de tratarla. Me voy a tomar la libertad de decirlo con toda la sinceridad del mundo, usted es digna hija de su padre---apretó los labios. Sentí la mano de Felipe acariciando mi pierna y suspiré suavemente. - Tenemos algo pendiente para el día de hoy, así que si no le importa, nos gustaría que retomara...eh...lo que sea que quede por completar...---mi marido añadió sin tener la oportunidad de terminar la frase. - En fin--- el abogado tomó una bocanada de aire antes de hablar---su padre Michael Smith padece una enfermedad que no tiene cura y como usted es la única heredera, todo lo que él posée será suyo...cuando el ya no esté---fruncí el ceño mirándolo fijamente---como comprenderá---carraspeó dos veces de seguido---esta es la razón por la que la hice venir hoy. Primero el Sr Smith desea hablar con usted al ser posible en persona, pero si se niega acudir a su encuentro, al menos hágale el favor de atenderle a través de una video llamada. ¿Creé que podría darle esa oportunidad? Pasé las manos por la cara sin saber que contestar. Simplemente mi cerebro se había quedado en blanco. - Cariño---Felipe me despertó de aquel bloqueo tocando mi hombro. - Como había mencionado anteriormente, yo ya tuve un padre y por mucha oportunidad que le daría a este señor, nunca le vería como otra cosa más que un extraño. Eso es para mi---meneé la cabeza resoplando. Miré a Felipe y su risa me dio entender que mi cara de cachorro llovido causaría gracia en cualquiera. Achiné los ojos con rapidez. - Perdón cariño, pero si te hubieras visto---se carcajeó el tonto. - Os dejo pensar un momento, tengo que atender a unos clientes en otra sala---añadió el licenciado después de contestar al telefonillo conectado con su secretaria. Nos quedamos solos Felipe y yo. - No sería justo para el que fue mi padre ¿no creés?---cerré los ojos y apreté la mano de mi marido que todavía sujetaba la mía. - Nadie te puede obligar a hacer lo que no quieras mi vida---el había vuelto a tratarme con el mismo amor de antes y eso me gustaba; me hacía sentir querida y protegida, y por mucho que negaría a Felipe en mi vida, estaba más que consciente que necesitaba de él como del aíre. - Lo sé---contesté--- aunque si le niego el más mínimo trato ahora, puede que me arrepienta más adelante. Y si le habló puede que también me arrepienta porque pienso que le estoy fallando a Carlos; el era mi padre y lo va a seguir siendo. - Efectivamente cariño, Carlos va a seguir siendo tu padre pase lo que pase---besó mi mano con ternura y me estremecí---te ves muy guapa cuando te sonrojas. Le golpeé el hombro y el besó mi coronilla sonriendo. Se veía feliz a mi lado. - Esto es serio, deja de reír--- dije con media sonrisa. - Ya lo sé--- añadió suspirando---Isabel---llamó mi atención--- el hombre se arrepiente, sino, no te hubiera pedido una oportunidad. De todas formas, vais a hablar y si no te sientes conforme con la conversación, sencillamente cuelgas. No sé, es complicado o difícil, o llámalo como quieras,pero es lo que hay. Para ti y para mi , Carlos va a ser siempre tu padre y de seguro que para el tal señor Smith también. Lo que no se puede hacer en esta vida es negar tus genes y tus raíces. - ¿Así es como te has convencido a ti mismo cuando te enteraste de la verdad?--- le vi de reojo. - Yo estuve solo Isabel... - Porque quisiste así... - Sí y no quiero revivir aquello. Hubiera sido muy importante para mí si tu hubieras estado a mi lado, pero la situación me llevó a la locura y el nivel de desesperación que me tocó, se apoderó de mi por completo---peinó su pelo con los dedos y parecía que estaba a punto de perder los estribos otra vez. -Hey, ya está...ya pasó ¿vale?---acaricié su mejilla con el dorso de mi mano y el me abrazó con rapidez. - Te amo tanto tanto---susurró en mi oído---no quiero perderte Isabel. Eres todo lo que tengo y si te pierdo a ti, ya no tengo nada, no valgo nada sin ti. Eres mi musa y mi razón de existir---se apartó de mi y me dio un beso apretando mis labios, como si no se quisiera despegarse nunca de mi boca. ***** La videollamada duró poco, pues el señor Smith tenia que ser atendido por los médicos. Lo encontramos en medio del tratamiento, por lo que quedamos en hablar otro día. Se veía demacrado y bastante mayor, no sé si por la enfermedad que le calaba hasta los huesos , porque en realidad no pasaba de sesenta años. Me enteré de que su enfermedad no era una muy fácil de llevar, pues padecía de una esclerosis lateral amiotrófica y aunque no estaba muy avanzada, requería de atención médica. De hecho, por lo pude ver en la videollamada, tenía un salón muy grande lleno de aparatos y personas que le atendían a todas horas. Por otra parte , el licenciado tuvo que irse a un juicio muy importante por lo que nosotros volvimos a nuestros quehaceres. Quedé en acudir a otra cita para detallar el supuesto testamento, cosa que sinceramente no entendía muy bien, pues el señor Smith todavía se veía capaz de llevar la empresa. Y por lo que me habían informado, había más familia. No voy a mentir diciendo que no tenía ilusión en conocer más del Sr Smith, pero también pensaba en la reacción que tendría mi madre. Parecía un buen hombre por lo que pude ver aunque fueron unos minutos. De golpe, despertaron mi curiosidad en saber que le diría el a mi madre en la carta que le envió.






