Capítulo 55

Reuniones de familia y con amigos, pero más que nada de empresa; ese fue el siguiente capítulo de nuestra vida. El que se quiere llamar mi padre ya llevaba un buen tiempo en nuestro país y no daba señales de querer irse algún día. Cada vez pasaba más tiempo en mi casa poniendo como excusa a mi hija. Alegaba que era su nieta y a través de ella, intentaba recuperar el tiempo perdido conmigo. Lo que más me gustaba de todo eso era que Michael le daba mucha importancia a Lorena, cosa que me derretía el corazón. Mi niña estaba encantada con el y contaba  lo maravilloso que era su comportamiento con ella, y que le había prometido llevarla con el en el próximo viaje a Estados Unidos. Me aterraba pensar que no la volvería a ver, o que de alguna forma ella podría ver en el un posible padre. 

   - Michael me llevará a visitar su casa de Estados Unidos--- me decía mi chiquitina. Parecía encantada y yo no tenía ningún derecho de quitarle la felicidad. Me ponía triste al pensar que eso la alejaría de mi, pero me conformaba con el hecho de tener a mi Sofia y a mi Felipe, que eran mi familia.

   - Me alegro mucho mi niña---contestaba sonriendo. Besé su coronilla si cerré los ojos con pesar. No quería perderla pero si ser feliz con ellos la alejaría de mi, la dejaría ir. Felipe ocupaba el umbral de la cocina y nos miraba con un cariño infinito.

   - Nosotros te vamos a visitar si decides quedarte allí algún día---rió feliz--- Podemos ¿verdad? --- dio unos pasos hacia la mesa donde cortaba la verdura para la comida. Michael, mi madre y mis suegros nos iban a acompañar a cenar esta noche. Vivíamos tiempos de celebraciones, la Navidad se acercaba con rapidez. Daniela con David nos iban a visitar también con motivo de celebración, alguna felicidad que desconocíamos todavía.

   - Amor--- me llamó Felipe con suavidad--- por favor cambia esa cara y muestra más felicidad. Yo sé que te cuesta , pero no te queda más remedio; no nos queda más remedio a ninguno de los dos. Vamos a llevar la fiesta en paz e intentar ser una familia.

   Acarició mi cara con el dorso de su mano mientras me decía todo esto. Mi Lore había salido de la cocina para ver si mi Sofi despertó de su siesta.

   - Lo estoy intentando...

   - Y lo estás haciendo muy bien--- apartó un mechón de pelo de mi cara y se agachó para besar mis labios con suavidad. Un momento muy largo que me incitó a desear sentir a mi marido una vez más,  pero el tiempo era demasiado justo para la cena. Los invitados estaban a punto de llegar y todavía me faltaba alguna cosita por hacer.

    - Esta noche cuando todos se vayan , te haré mía como nunca lo había hecho--- me susurró al oído mordiendo el lóbulo. Gemí despacio y mordí mi labio inferior. Reímos a carcajadas y apoyamos las frentes mutuamente. Éramos cómplices en el amor y los juegos que este conlleva, y no perdíamos ninguna oportunidad de vivir cada momento de placer como si fuera el último.

   - Aprovecho que estamos todos reunidos--- habló Michael --- para comunicaros que Lucrecia y yo hemos comprado una casa aquí  en la ciudad.

    - ¿Para que? --- pregunté de alguna forma indignada. Felipe apretó mi mano con suavidad y mi suegra abrió los ojos como platos. Daniela se atragantó con el trago de agua y mi madre bajó la cabeza avergonzada.

   - Hija--- soltó con descaro y yo mordí mi lengua para no dar rienda suelta a mi boca--- aunque te cuesta todavia creer que quiero hacer las cosas bien, quiero que sepas que no voy a renunciar a la esperanza de que algún día seremos una familia...

   Callé aunque tenía mucho que decir. Callé porque esa cena tenía que ser una de familia , una reunión de seres queridos que celebrarían  la paz y la amistad. Callé porque en su momento di mi palabra de que le daría una oportunidad a él y a todo esto. Callé por mi hermana que vivía con la ilusión de viajar y visitar y disfrutar de todo lo bueno que la vida le brindaría.

   - Está bien, la ciudad no es propiedad mía ¿verdad? ---Felipe rio por los bajos.

   - Aparte de eso,--- siguió con determinación---como Lucrecia se ha convertido en mi socia , estamos a punto de inaugurar nuestra primera empresa de organización de eventos. Es una cooperación que va a ser dirigida por vosotros dos--- nos miró a Felipe y a mí. Confío que lo vais a hacer de maravilla.

   - Te aseguro de que no vas a tener motivos para quejarte--- añadí tomando un sorbo de agua. Necesitaba digerir la noticia que me cayó como un balde de agua fría. Sabía que Michael no quería volver a su país y que vino al nuestro para quedarse. Esperaba que mi madre se convirtiera en su "socia" por así decirlo, pero lo que más me sorprendió fueron los gestos llenos de cariño que mostraron uno al otro cuando servimos el postre. Soy más que consciente de que mi padre fue el amor verdadero de mi madre , pero todo lo que tenía que presenciar ahora era un golpe que no creía recibir algún día.

   - Ya veo que están juntos...--- hice un ademán--- se veía venir--- terminé la frase. En realidad no quería decir nada más.

   - Necesitas más azúcar para el café--- apuntó mi marido acercando dos terrones de azúcar. Seguramente me sentía amargada. Reí con su comentario y los demás tomaron mi ejemplo.

   - Soy feliz---dije con suavidad---. Por primera vez en mucho tiempo me siento en familia, rodeada de gente a la que quiero y sé que me quiere. Hecho de menos a mi padre--- gané miradas llenas de cariño y admiración,  pues mi padre había sido un ser muy querido por todos nosotros.

   -Eso no lo dudes nunca hija---mi suegro habló--- Carlos siempre tendrá un lugar muy especial en nuestros corazones porque ha dejado una huella que nunca nadie ni nada podrá borrar---miró fugitivamente a Michael, aunque nadie se había dado cuenta de eso, y sonrió.

   - Es inevitable --- añadió mi madre--- de hecho, la semana pasada viajamos a nuestra ciudad para ver como sigue todo por ahí.  De paso, visitamos el cementerio y le llevamos a tu padre un ramo de sus flores favoritas.

   La cara de mi madre adoptó una expresión de tristeza jamás vista en ella. La conozco muy bien y se que ha sido muy difícil pisar esa tierra santa otra vez.

   - Le pedí perdón--- interrumpió Michael, y abrí mis ojos como platos---. Te he dejado en abandono hija, y el te crió sin poner pegas. Te amó y te enseñó lo que es la vida, mientras yo me comporté como un auténtico imbecil. Le tengo que respetar y tu también--- llevó la mano de mi madre a sus labios y le besó el dorso sin ninguna vergüenza. Una impotencia inmensa se apoderó de mi ser, pero tragué mi orgullo y fingí una cierta indiferencia.

   - Me alegro que sepas lo que el significa para mí. Y sí,  Carlos me dio todo sin pedir nada a cambio. Me dio amor , me disciplinó y me enseñó lo que es el respeto y el amor al prójimo. Pero lo más importante , me dio una familia, cosa que tu no hiciste. Por otro lado--- suspiré y lo miré directamente a los ojos--- has hecho muy bien en pedirle perdón porque si quieres recuperar el tiempo perdido, o mejor dicho, el que tú rechazaste, tienes que empezar por ser humilde. La humildad te pone el mundo a los pies si sabes como hacer las cosas. Mi padre Carlos me enseñó que hay que ser humilde,  no estúpido.

   El resto de la noche me reservé unos momentos para mi Dani, se lo merecía con creces.Pobrecita mía,  por una vez que nos reunimos todos en tanto tiempo, no le hago ni caso.

   - Enhorabuena amiga mía--- solté las lágrimas al escuchar la grandisima noticia.

   - Estamos en la cima de la felicidad. Por fin mis suegros han bajado sus humos un poco. La noticia les vino como la mejor sorpresa.Según ellos, ser abuelos es lo más grande.

  Abracé a mi mejor amiga con todo el cariño que se le puede dar a una persona tan especial como ella.

   - Te mereces lo mejor Dani y ya sabe que no hace falta que te lo mencione, pero cualquier cosa que necesitéis,  yo siempre estaré para vosotros.

  Terminé de dormir a mis niñas y nos encaminamos las dos hacia el salón. Nos quedamos sin aire las dos al presenciar el alboroto que cubría nuestras voces.

    - ¿Qué pasa aquí? --- pregunté con el ceño fruncido, pero sin borrar la sonrisa de mis labios.

   - ¡Hoy estamos de celebraciones por la visto!--- mi suegro estaba riendo---. Hay razones de sobra. Daniela está esperando un hijo, Michael y tu habéis hecho las paces y la cooperación entre nosotros ya es un hecho que va a unir a nuestras familias para siempre.

   El champán corría de una copa a otra y las risas se podían escuchar en todo el barrio. Ya por fin la felicidad firmaba parte de nosotros.

 

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