Capítulo 43

Ver a Isabel tan destrozada me partía el alma en mil pedazos. Yo, más que nadie, tengo la culpa de todo esto. Si tan solo me hubiera quedado a su lado, si tan solo le hubiera dicho todo lo que yo sé y no hubiera huido como un cobarde...ahora la situación sería muy diferente. Aparte de la partida de su padre, mejor dicho mi padre, tuvo que enfrentarse a mi desaparición. Y ahora esto, como si no fuera lo bastante complicado.

La madrugada nos encontró en un mar de lágrimas y con el alma destrozada. Abrazados nos encaminamos hacía la habitación que algún día compartimos con mucho amor. Ella se durmió enseguida pero yo no pude pegar ojo en toda la noche. Miraba las paredes y de vez en cuando mis pensamientos se veían interrumpidos por los balbuceos de ella. De su boca salían palabras inentendibles y yo me entretenía acariciándola por varios segundos, hasta que se tranquilizaba y volvía a dormir ¡Cómo me gustaría volver al pasado y no obligarla pasar por todo esto!

Pasamos toda la noche hablando de lo que pasó y le confesé hasta el más mínimo detalle.

FLASHBACK

-La primera vez que me fui fue porque mi padre me había llamado. Viajé a la casa de mis padres y los encontré con una preocupación nunca jamás vista en ellos--- confesé con la cabeza agachada jugandocon mis dedos. Entonces fue que me enteré que Carlos estaba muy enfermo y yo era el único que le podría salvar...según ellos---la miré por debajo de las cejas. Isabel veía un punto fijo en la pared, me hubiera gustado abrazarla y decirle que todo estará bien, pero necesitaba liberarme de la pena que cada vez pesaba más---mis padres me suplicaron que me hiciera unos exámenes y fue cuando caí en cuenta de lo que estaba pasando realmente. Cuando me dijeron que Carlos era mi padre biológico mi mundo se vino abajo; creía que tu y yo éramos hermanos y me tenía que separar de ti---Isabel rió a todo pulmón interrumpiendome.

- ¿Irónico no?---dijo entre risas. Yo la miraba como un tonto sin saber si reír con ella aunque toda esta situación no tenía ni pizca de gracia---ellos nos comprometieron sabiendo que todo esto era mentira ¡MENTIRA!---gritó abriendo los ojos como platos y mirándome fijamente. Estaba desquiciada y el miedo de sufrir un colapso nervioso me acorraló por completo. Mi amor por ella no era mentira, era lo más grande que me ha dado la vida.

- Isabel ,por favor tranquilízate---dí unos pasos hasta llegar a ella y le acaricié las mejillas. Me abrazó con fuerza. No la pude soltar en los siguientes 10 largos minutos en los que sólo acaricié su espalda para calmarla tanto como fuera posible.

- Me han destrozado la vida--- habló en mi pecho. Lloraba sofocada y me partía el alma saber que gran parte de su estado era culpa mía. Si tan solo me hubiera quedado con ella...si no hubiera huido como un cobarde hubiéramos enfrentado toda esta situación juntos...

- Shhhhtt, ya está nena,ya pasará...

Me apartó con rabia y gritó.

- ¡No!No pasó ¿sabes? Apenas ahora empieza el problema porque mi querida madre me tiene que dar muchas explicaciones y de esta no se va a librar. Ahora entiendo porque nunca me quiso---golpeaba su pecho con los dedos y las lágrimas caían en cascadas de sus ojos---pero el ¿el porqué me mintió? ¿porqué me entregó a ti como si fuera mi verdadero padre? Nos comprometieron sin más como si yo fuera una mercancía...

- Isabel, escúchame por favor---supliqué desesperado--- Carlos te amaba más de lo que te puedes imaginar, el te crió nena, tu eras su hija y eso nada ni nadie lo puede cambiar--- intentaba llegar a ella, pues se había apartado de mi con enfado, pero me era imposible. Ella retrocedió varios pasos.

- Sí tanto me amaba ¿porqué nunca me dijo nada? Se llevó todos los secretos a la tumba ¡Joder!

Se derrumbó en el suelo como si no tuviera vida y me sentí a morir. Un sentimiento muy fuerte de miedo se apoderó de mi como nunca. La levanté en mis brazos y me senté con ella en el sofá. Estaba a horcajadas encima de mi y aunque en otros tiempos hubiera actuado de otra forma, esta vez no era el momento adecuado. Lo único que podía hacer era abrazarla y darle todo mi apoyo, y desde luego que se lo iba a dar.

- La semana que viene viajo a mi ciudad . Me merezco saber la verdad.

- Te acompaño...

- No hace falta---añadió cortante. Hasta ahora he estado sola y he sobrevivido. Viviré sin ti desde hoy en adelante---limpió sus lágrimas con el dorso de su mano y se levantó bruscamente de mis brazos.

-¡Iré contigo!---dije tajante y no acepto un no por respuesta.

- Ah ¿no? ¿Y dónde m****a has estado hasta ahora, eh? Ahora eres valiente pero cuando la situación se puso difícil huiste como un cobarde--- alzó la voz.

-¡Lo sé! , sé que me comporté como un perdedor , pero no sabía ni yo como enfrentarlo y tenía que preparar el terreno para que no fuera tan duro para ti Isabel. Te amo y si puedo impedir que sufras, haré todo lo que esté en mis manos. Eres mi mundo y sé que te parece mentira, pero créeme estás confundida.

-Eso mismo debieron pensar ellos para engañarme por tantos años. Yo ya veía a mi padre muy apagado pero cuando pregunté me negaron cualquier respuesta, y me juré a mi misma que me enteraré de la verdad. Sin embargo , nunca pensé que sería de esta forma.Su partida me tomó por sorpresa y no supe como enfrentarlo todo.

-Carlos se estaba muriendo desde mucho antes de casarnos---acaricié su brazo y seguí---el no quería que pararas la boda. Te quería dejar en manos de un hombre que cuidara de ti como el lo ha hecho durante tantos años.

- Claro, ahora entiendo porque tu madre insistía en que yo fuera su nuera. Y la conversación que tuvieron mis padres cuando volvimos de aquella fiesta ¡donde me enamoré de ti como una gilipollas! No puedo más---susurró con pesar.

- Dios, Isabel, a mi también me volvió loco todo esto, pero necesitaba tiempo para hacerme fuerte y ser tu apoyo. Me necesitas y yo te necesito a ti. El no quiere que sufras cariño. Yo no quiero verte sufrir tampoco.

Inesperadamente ella tomó mi mano y acarició el dorso. Ese gesto me llenó de felicidad. Añoraba una caricia de mi amada esposa.

- Por mucho tiempo pensé que te fuiste con tu querida Nicole, pues cuando tu te fuiste ella desaparició también. David y Daniela me convencieron que son ideas mías y que nunca me dejarías por otra mujer, por el simple hecho de que yo soy el centro de tu universo. Bobadas. Nadie es el universo de nadie, ya ves, en cuestión de segundos todo tu puto mundo se derrumba y no te queda más que el recuerdo--- escuchaba cada palabra que salía de su boca. Seguramente que su voz quebrada había reunido fuerza desde el fondo de su alma para decir lo que piensa--- necesitaré mucho tiempo para encontrarme, estoy muy perdida.

Soltó mi mano y dirigió sus pasos a la cocina donde bebió un vaso muy grande con agua. La seguí. No quería perderla de vista.

- Isabel...

- Puedes quedarte , esta es tu casa también. Pero mantente alejado de mi, tengo alergia a los mentirosos y a los cobardes.

Se sentó de nuevo en el sofá del salón y se quedó ahí como media hora mirando a la nada. Solo se escuchaban sus suspiros en todo el silencio que cubría nuestra casa.

A la mañana siguiente me despertó el ruido de la ducha. Al final dormi un poco al parecer, ya daban las 9 y media de la mañana. Froté mi cara con las manos y me levanté sentándome.

" Empieza un nuevo día " pensé.

La vi salir del baño cubierta solamente con una toalla y mis ganas de tenerla entre mis brazos se hicieron más grandes que hace unos días atrás.

  - Buenos días---sonrió tristemente. Tenía los ojos hinchados de tanto llorar y me sentí el hombre más miserable de la faz de la tierra--- me pongo algo de ropa y desayunamos ¿te parece?--- comunicó interrumpiendo mis pensamientos sucios. La seguía con la mirada mientras se vestía sin pudor alguno. Definitivamente necesitaba una ducha fría.

  -¿Puedo darme una ducha? ---pregunté dudoso tragando grueso.

  - Estás en tu casa, tu ropa está en el mismo armario de siempre--- mostró con la mano. Me extrañó muchísimos el hecho de que ni por rabia, ni por odio, ni por nada parecido se deshizo de mis prendas. Ella esperó paciente mi regreso o al menos una señal de mi parte y yo como un desgraciado me mantuve alejado de mi preciosa mujer, por el simple hecho de que no sabía como tomaría ella toda esta situación. Mi mujer es el ser más fuerte del mundo y yo soy un hijo de puta que no supo mantenerse a su lado.

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