 Mundo ficciónIniciar sesión
Mundo ficciónIniciar sesión–¡ Sebastian, Sebastian basta bájame ya! – gritaba sobre los hombros de Sebastian quién me cargaba como un costal de papas dando vueltas en la orilla del mar.
–Admite que es divertido – solto una sonora carcajada burlona.
–Esto no es divertido.
–Claro que lo es, pero que tu seas una amargada es otra cosa muy diferente – caminaba cada vez más cerca para entrar al mar.
–Es en serio Carvajal bájame ahora o te juro que me vengare – golpeaba con fuerza su fornida espalda, aún con una camiseta.
Mi vista no pudo evitar bajar al enorme tracero de el, si que era un poco grande y formado me parecía muy sexi, ¿Donde demonios estaba el niñito delgado y tierno de 7 años?, Sacudí mi cabeza para dejar en ese tipo de cosas sucias.
Noté como llegábamos al mar una vez ahí Sebastian me bajo y quedé en frente de él con los brazos cruzados y una pequeña mueca de disgusto.–¿Que? – río burlón.
–No te quejes cuando venga la venganza.
– No lo hare – levantó ambas cejas pícaro. – Aunque admite que tenías una buena vista, me ruborize por completo al escuchar esas palabras el realmente se había dado cuenta que le miraba ese hermoso tracero.
–amm.. yo.. amm, solo veía lo hermosa que es la arena – señale el agua.
–Como digas – negó con una sonrisa.
En un movimiento rápido se sacó la camiseta dejando ver ese perfecto abdomen bien trabajado y fornido, su piel brillaba y dios parecía esculpido por los mismísimos dioses sin duda alguna este hombre era el claro ejemplo de la perfección andando.
–Lucia si sigues viéndome así tendré que demandante por acoso –
– Yo, pfff.. por favor solo veía lo lindo que es el mar – negué con molestia restándole importancia.
– Si mirar el mar es no dejar de verme pues supongo que no está bien – río.
–Ya te dije que yo no te estaba observando – le saque la legua y le heche agua con mis manos.
–Oo, esto en verdad te costará caro – y con esas palabras comenzó a perseguir me dentro del agua.
Pasamos el resto de la tarde metidos en el mar jugando como dos niños pequeños persiguiendo se entre sí, era muy divertido pasar estos momentos con el, lo había hechado mucho de menos desde que me mudé a Nueva York el y yo habíamos perdido el contacto por completo y hoy después de tanto tiempo lo tengo aquí conmigo de nuevo.
Estábamos tirados en la arena disfrutando del atardecer yo recargaba mis manos en mis piernas, mientras que el no dejaba de inspeccionar cada parte de mi.
–¿Tengo algo en la cara? – dije graciosa.
–Es solo que tienes los ojos más hermosos que eh visto en toda mi vida.
–Gracias – dije sonrojada y baje la mirada apenada. – Fue justamente una tarde como está hace 11 años cuando tú y yo dimos nuestro....
–Primer beso – terminó el sin dejar de mirar al frente.
–Si.
–Aun lo recuerdas? – me miró incrédulo.
–Todos los días de mi vida – sonreí sin mostrar los dientes. –Pero éramos solo unos mocosos que no sabían lo que hacian – dije sin importancia.
–Si como digas – respondió con molestia y se levantó de la arena como si esas palabras le hubiesen dolido. –Creo que hay que volver – dijo frío.
–Tienes razon – respondí sería.
Caminamos hasta llegar a la casa de Nana sin decir una sola palabra Sebastian parecía molesto y ni siquiera se molestaba en mirarme, su mirada se mantenía en un punto fijo.
Entramos y saludé a Nana después les avise que tomaría un baño, Sebastian dijo que el lo haría en el baño de la parte de abajo.
Subí las escaleras con pesadez, arrastrando los pies llegue a la habitacion, saque algo de ropa cómoda ya que pronto iba a anochecer y quería dormir comoda.
Después prepare la pequeña tina que se encontraba dentro del pequeño baño de Sebastian, una vez lista el agua me desvesti y entre. Tarde alrededor de 20 minutos tomando esa "relajante" ducha para despejar un poco mi cabeza.Salí de la tina y comenze a vestirme, un dolor en mi vientre me vino de pronto pero supuse que era algo normal. Al salir del baño me encontré con Sebastian sentado en la cama ya bañado y con su pijama puesta, sobre el descansaba su guitarra la cual tocaba con movimientos suaves, se dió cuenta de mi presencia y dejo de hacer lo que sea que estaba haciendo.
Me acerqué al pequeño tocado y comenze a cepillarme el cabello, pude ver por el espejo la mirada de Sebastian este observaba cada movimiento que realizaba con mis manos como si observará un obra de arte, entonces me di la vuelta sin moverme de mi lugar y sonreí ganandome una sonrisa tímida de su parte, ¡Eso es logré hacer reír a Sebastian Carvajal! Festeje en mis adentros.
–Mamá ya sé ah ido a dormir así que no sé si tengas hambre – se encogió de hombros.
– En realidad sólo quiero dormir hoy fue de verdad un día agotador – dije con fastidio.
–Aam.. claro, pero.. mm solo hay una cama – hablo con mucho nerviosismo.
– Eso lo se – dije obvia.
–¿No te molestaría dormir en la misma cama conmigo? – enarco una ceja.
–Para nada – negué.
–Esta bien – se levantó de la cama y comenzó a descender las sábanas.
Los dos nos metimos en estas cada uno de un extremo diferente boca arriba mirando el techo, Sebastian apagó la luz nuevamente miro hacia la nada.
–Buenas noches Luci – dijo con la voz tierna en un susurro.
–Buenas noches Sebastian – susurré.









