Lucia.
Desperté con un dolor en mi brazo izquierdo y con la cabeza aturdida dándome cuenta de que en este se encontraba una aguja enorme pegada a él. Poco a poco me incorpore en la cama y me di cuenta de que estaba en un hospital. Entonces reaccione, ¡Mi bebé! Rápidamente lleve una mano a mi vientre, ¿Y si lo había perdido?. No, no eso no podía ser.
 – –Tranquila tu y el bebé están bien – – una voz me hizo elevar la cabeza, ¿Niall?.
 – –¿Que haces aquí? – – pregunte poniéndome una mano en la frente debido al dolor.
 – –Bueno te desmayaste,  Sebastian te trajo aquí, Lia y yo vinimos a verte y ahora despertaste y estás bien – – se cruzó de brazos explicando con seriedad.
 – –¿ Sebastian está aquí? – – levanté ambas cejas confundidas.
 – –Si, fue con Lia a la cafeteria, está un tanto confunfido – – asintió con la cabeza repetidas veces.
 – –Dios – – lleve ambas manos a mi pelo pasando las con desesperación.  – –No debí dejar que esto pasará, no debió pasa.
 – –Luci de alguna o de otra ma