Capítulo CII
Camila
No pude dormir en toda la noche.
La reacción de Sebastián no deja de rondarme la cabeza.
Faltan quince minutos para que suene la alarma. La desactivo; no tiene caso seguir esperando. Me levanto y me dirijo al baño. El agua tibia cae sobre mi cuerpo y, por unos segundos, logro relajarme, aunque la inquietud sigue ahí, apretándome el pecho.
Me visto sin prisa y salgo de mi habitación. Camino hasta el cuarto de mis dos amores. Siguen dormidos. Me acerco despacio y beso sus frentes con cuidado. Se remueven un poco, pero no despiertan. Les acomodo la cobija y me quedo mirándolos unos segundos más, como si necesitara llevarme esa imagen conmigo.
Salgo en silencio.
Bajo las escaleras y me encuentro con Valeria en la cocina. No tengo ánimos de comer.
—Vale, no voy a desayunar —le digo—. Comeré algo en la oficina. Tengo asuntos que atender. Te encargo a los gemelos… nos vemos al rato.
Ella me mira con atención, como si supiera que algo me inquieta, pero no pregunta. Me abra