Capítulo 11. Candidata rechazada.
Me disponía a ir a la terraza de cristal para desayunar, intentando ignorar la tensión que se había instalado en cada fibra de mi cuerpo desde que me mudé a este incomodo lugar.
La mansión era mi cárcel, y Lucas y Nora eran mis carceleros, pero yo debía pretender normalidad.
Me vestí con la ropa que Violet me había obligado a usar: una falda beige y una blusa elegante que me hacían sentir como una muñeca vestida para un escaparate.
Mientras caminaba por el ala principal, la paranoia se agudizó. Recuerdo las cámaras. Recuerdo el ultimátum de Nora: “Tu vida me pertenece”.
De pronto, un murmullo furioso me detuvo. Provenía del despacho principal de Lucas, cuya puerta estaba entreabierta. Me acerqué, porque la voz era inconfundiblemente la de Nora, y sonaba desquiciada.
—¡Tengo que soportar a la odiosa de Ruby, todo por culpa de que Lucas no se quiso acostar contigo y te rechazó como candidata!
El aire se quedó atrapado en mis pulmones. La voz de Violet, temblando de miedo, apenas se oyó—