Capítulo 58. El Amor Tarda
Lucas seguía firme con su postura, y no cabía duda de su amor por mí. Habíamos pasado por tanto que la idea de una vida juntos, por difícil que pareciera, era la única que me daba esperanza.
Ya tenía más de tres meses de gestación, pero mi vientre se veía como si ya tuviera cinco, gracias a los mellizos.
Esa mañana, Lucas decidió darme una sorpresa. Me subió a su coche con una sonrisa de oreja a oreja y condujo rumbo a Brentwood, una zona llena de mansiones increíbles.
—¿Qué vamos a hacer en Brentwood? ¿Vamos a ver a algún cliente de tu empresa? —pregunté, impaciente. Estaba acostumbrada a que me contara todos sus planes.
—Ya te dije que es sorpresa, no seas impaciente, mi vida —dijo, riéndose de mi curiosidad—. Solo confía en mí. Te prometo que te va a encantar.
—Confío en ti, pero mi curiosidad está al cien por ciento. ¿Es algo de la empresa? ¿Un nuevo proyecto? ¿Vamos a robar un banco?
Lucas me tomó la mano que tenía sobre mi regazo y la besó.
—Es un proyecto mucho más importante q