Capítulo 10. La Ruina Sería Enamorarme.
Caminé apresuradamente por los pasillos, ansiosa por encerrarme en mi habitación. Después de la visita a mi madre y el último ultimátum venenoso de Nora en el coche, yo no quería ver ni la sombra de Lucas.
Sabía que la mansión estaba llena de ojos y cámaras, ahora con Mark vigilándome también, y mi único trabajo era cumplir el contrato sin darle motivos a Nora para desconfiar o, peor aún, para hacerle daño a mi madre.
Justo al girar una esquina, me topé accidentalmente con Lucas. El impacto fue mínimo, apenas un roce de hombros, pero mi corazón dio un salto mortal en mi pecho. Me quedé inmóvil, sintiéndome como un animal sorprendido.
—¿Vas a tu habitación? —preguntó Lucas.
—Sí —respondí, con la voz apenas un susurro, mirando directamente al piso. No podía verlo a la cara. Sentía que él podía leer el miedo, la rabia y el recuerdo de la noche anterior en mis ojos.
Lucas frunció el ceño. Se detuvo por completo, su presencia imponente llenaba el estrecho pasillo.
—¿Te pasa algo, Ruby? Par