Capítulo 79. La Arcilla de Estoril: El Retorno
El aire de Estoril era salobre y denso. Las canchas de arcilla roja olían a polvo húmedo, y la luz portuguesa de la tarde se filtraba sobre las gradas modestas. Ramiro estaba en la Final del Torneo de Clasificación.
Sentado en el banco, el sudor le picaba en los ojos, pero su mirada estaba fija en la red. Había llegado a este punto solo con la fuerza de la voluntad. Había sido un camino de penitencia física: el infierno de la rehabilitación con Wolfgang Kaiser, el entrenador alemán cuyos métodos militares lo habían obligado a reconstruir su cuerpo desde cero. El recuerdo de arrastrar neumáticos en la nieve y las horas de agonía con su hombro operado eran ahora solo un eco distante, un precio ya pagado.
Su oponente, Maximilian Schulz, el cabeza de serie del torneo, era una muralla de saque potente.
El partido había sido una carnicería emocional. Ramiro había perdido el primer set en un tie-break brutal (7-6). En el banco, al inicio del segundo set, la presión era asfixiante. Todos lo d