Capítulo 70. Los Lirios de la Mentira
Dentro de la Habitación
La luz de la mañana inundaba la habitación del Centro Médico Argus. Una enfermera joven, de uniforme impoluto, terminaba de ajustar los cables del monitor junto a la cama. El aire, denso por el desinfectante y el tiempo, se rompía con la entrada del sol.
Aura estaba recostada. Su rostro, antes una máscara pálida y fantasmagórica, había recuperado un tenue color. Estaba exhausta, pero sus ojos estaban fijos en la ventana.
La enfermera abrió un poco las persianas. Un rayo de luz cálida aterrizó en el rostro de Aura.
—Mire qué día tan hermoso, señorita Vidal —dijo la enfermera, su voz cargada de optimismo profesional—. El sol está radiante y el clima es fresco. Un lindo día para regresar, ¿no cree?
Aura sonrió débilmente. El movimiento era más una contorsión de alivio que una expresión alegre, pero era una sonrisa genuina. Era la primera vez que su rostro se movía con una intención propia en meses.
La enfermera se acercó a una pequeña mesa auxiliar, donde un elabo