Capítulo 27. El Espectáculo: El Vértigo y el Deseo
El acorde de piano se repitió, un pulso lento y melancólico que resonó en el pecho de Ramiro como un tambor de guerra. La niebla se disipó, y la figura en el escenario ya no era solo una silueta, sino una visión.
Vesper.
Su vestuario era un estudio en la provocación artística, no en la simple desnudez. Llevaba un corsé de terciopelo negro, ajustado como una segunda piel, que acentuaba la curva mortal de su cintura y realzaba el busto con un encaje bordado de intrincados motivos que parecían lágrimas congeladas. La parte inferior era un body de tiro alto que se perdía en una red de tiras de seda negra que cubrían lo justo para insinuar más de lo que revelaban. Llevaba botas de tacón altísimo que se elevaban hasta el muslo, hechas de cuero brillante, creando una línea interminable de pierna.
Pero lo que dominaba era el rostro. Llevaba un antifaz de filigrana metálica, tan delicado que parecía hecho de plata líquida, cubriendo la mitad superior de su rostro y dejando al descubierto sus l