Capítulo 99. El cierre del evento
Dante
El humo se disipa con la lentitud de una herida que se niega a cerrar. Todavía puedo oler el metal en el aire y el perfume de Alessia mezclado con el polvo.
Los invitados comienzan a moverse, torpes, como si el miedo hubiese cambiado la gravedad del lugar. Los camarógrafos se sacuden las manos, los periodistas recalibran micrófonos, y los guardias buscan señales invisibles en los arbustos.
Pero no hay fuego, ni víctimas. Solo el temblor que dejan los mensajes que no necesitan cuerpo para doler.
Valeria me mira desde lejos. Me basta un gesto para entenderla: la prensa quiere hablar, necesita un cierre, un titular que convierta el caos en narrativa. Y yo sé lo que eso significa. Si no les damos una historia, la inventarán.
Respiro despacio. El corazón late con esa precisión que solo aparece cuando la adrenalina se convierte en lucidez. Alessia se mantiene firme, apenas a un paso de mí. Su vestido, manchado de ceniza, parece más armadura que adorno.
La veo erguirse, reacomodar el v