Capítulo 61. Liturgia de la imagen
Dante
El nombre cae y corta como el filo más peligroso. Los recuerdos, la sorpresa, todo se revuelve en mi cabeza. Observo a Alessia y luego a Sofía. Los ojos de Enzo y Raffaele me respiran en el cuello.
—Paolo Montelli —repito.
La sala no respira. El secretario baja la vista como si se hubiera tragado un clavo. Alessia no parpadea. Enzo aprieta la mandíbula hasta hacerla crujir. Raffaele apoya dos dedos en el borde de la mesa para no volcarla.
Paolo. Fantasma que los viejos nombraban en voz baja cuando hablaban de puertos y favores. Hombre sin balas visibles, con firmas que mataban despacio. Creí que estaba fuera del mapa. Nosotros nos equivocamos; él no.
—Nos vamos —ordeno.
A Camassa lo empujan hacia el fondo. Al sacristán lo dejan pegado a la pared, mudo. Sofía tiembla con el bolso en la mano. Luca no sabe dónde poner las suyas. Salimos por el pasillo del río sin mirar atrás. Hoy no necesito fuego. Necesito cabeza.
En el camino, el silencio no es tenso, es necesario. En mi pensami