Capítulo 60. La capilla arde en silencio
Quedan veinte días.
Alessia
La fábrica del río respira bajo. El techo suda metal. Las lámparas temblorosas hacen un pasillo amarillo hasta la puerta lateral que llaman capilla. No tiene santos, solo tornillos viejos y pintura descascarada. Pero aquí rezan los que mandan sin bajar.
—Reglas —digo—. Nadie dispara hasta oír «ceniza». Quiero rostro y voz. Quiero la mano que firma.
Dante asiente. Enzo afina el oído pasivo. Raffaele prueba los nudos en silencio. Luca tiembla con el manojo de llaves. Sofía se queda en la sombra con el bolso contra el pecho.
—Cuando diga «altar», tú respondes —le recuerdo a Sofía—. Claro, sin temblar.
—Entendido —dice, y traga.
Camassa mira el suelo. Entendió que hoy le compramos la voz. Se apagan dos lámparas. Quedan tres. El aire cambia de peso. Huele a tinta seca, a lluvia que no llega. En el pasillo lateral, las pisadas miden la distancia como si contaran dinero.
—Vienen —susurra Enzo.
Dante y yo tomamos posición espalda con espalda. No es ceremonia. Es ge