Capítulo 19. Sombras familiares
Valeria
La noche cae pesada sobre la ciudad y sobre mi habitación. Afuera, los truenos hacen vibrar los marcos de las ventanas; adentro, todo luce en su sitio: el tocador de nogal, la lámpara de cristal, la bata de seda negra que me ciñe el cuerpo como una armadura que solo brilla cuando nadie mira. Extiendo mi crema en mi cuello con movimientos precisos. No hay gesto que no sea cálculo.
Enciendo la televisión en silencio casi total. El noticiero proyecta letras rojas: Cinco muertos en tiroteo de barrio. Imágenes rápidas de una calle mojada, bolsas negras, una madre gritando el nombre de un hijo. El presentador dice «alcohol», «pandillas», «viejos rencores». La palabra alcohol me clava un diente en la memoria y la habitación se encoge.
—Otra vez el mismo cuento —murmuro, y bajo el volumen hasta oír solo la respiración del presentador.
Apoyo las manos en el borde del tocador. Mi reflejo me sostiene la mirada. Y entonces llega el pasado, no como nostalgia, sino como un portazo.
Tenía tr