Celeste.
Ya estábamos listos para partir al norte del pueblo y pelear contra un clan de vampiros entero. Mi corazón latía rápidamente porque sabía que serían más fuertes que los débiles que nos atacaron a Kael y a mí.
—¿Estás bien? —preguntó Damián—. No te asustes, yo estaré para curar tus heridas.
Me dedicó una sonrisa.
Damián era tan lindo e inocente.
Pude ver la mirada de Kael amenazante al escuchar tales palabras. Se le notaban los celos y eso me hizo reír en mis adentros.
—Te está mirando —susurré.
—Lo sé, lo hice a propósito —bromeó, me guiñó el ojo—. Me encanta ver a mi hermano loco por una mujer. Creí que nunca sucedería.
—¡Todo listo para partir! —exclamó Nolan para ser escuchado.
Éramos un grupo pequeño; Nolan, Kael, Oliver, dos guerreros, Damián y yo, por eso tenía los nervios a flor de piel.
¿Íbamos a lograrlo? ¿Ya lo habían hecho antes?
—Cuidaré de la manada en su ausencia —habló Marcela, despidiéndose de nosotros—. Gracias por confiar en mí.
Hizo una pose tip