*"Si mi destino fue perderte, maldigo la hora en la que te conocí."*
Esa fue la nota que Bastian dejó en mi vestido de novia esta mañana. Empezó el día arruinando por completo mi ánimo, y la situación empeoró cuando William me informó que Olivia y Hilltop llegarían pronto de París para asistir a mi boda.
—¿Cariño? Oh, aquí estás. ¿Todo está bien?
Se acercó a mí, me abrazó y me besó en la cabeza.
—Tu cabello huele tan bien —jadeó—. Me gusta tanto.
Sus manos recorrieron mis senos, pero esta vez no provocaron absolutamente nada en mí.
—Ahora no, William, por favor.
Me miró desconcertado, apartando su cuerpo del mío.
—¿Pasa algo?
—No, simplemente hoy no estoy de buen humor. ¿Está bien?
Noté que mis palabras parecieron incomodarle, pero en ese momento, no me importó.
—Bastian estará en nuestra boda sirviendo a nuestros invitados . Hay que ayudar a los pobres, ¿no es así?
Su comentario me enfureció, y mi enojo fue evidente.
—Tienes una visita—Dijo mientras levantaba mi barbilla para besarme