Ofelia, siempre dispuesta, acudió rápidamente a su rescate, acompañada de unas chicas más que se encargaron de cada detalle. La vistieron con un estilo sofisticado, la maquillaron a la perfección y peinaron su cabello con delicadeza. Cuando terminaron, Natalia apenas pudo reconocerse en el espejo. Se veía... diferente, más segura, más poderosa. Había transformado su imagen, pero también algo dentro de ella.
Finalmente, después de un rato de preparación, bajó las escaleras lentamente. Alessandro, que estaba conversando con uno de sus hombres, no pudo evitar notarla de inmediato. El vaso con el líquido ambarino se detuvo a medio camino hacia sus labios, como si el aire en el salón se hubiera agotado. La observó, absorto. Ella llevaba el vestido de talle alto que él mismo había elegido para ella. El azul profundo del vestido hacía juego con el color de sus ojos, y sus curvas... parecían más resaltadas, más provocativas.
Mientras ella bajaba, él no podía apartar la mirada de sus labios, e