Mundo ficciónIniciar sesiónJulieta
No estoy muerta, pero debo admitir que, en cierto modo, desearía haber muerto en ese miserable cubo de concreto. Ahora estoy acostada en mi cama, con el estómago y la espalda palpitando con un dolor tan intenso que aún no puedo pensar con claridad.
Lo único que tenía en mi baño era aspirina, y créeme que tomé más de la debida para intentar disminuir el dolor. Quiero llorar, pero me duele moverme, y no quiero experimentar más sufrimiento del que ya siento. Solo me quedo tendida boca abajo, rígida y triste como un cadáver fresco.
Odio a mi padre por hacerme esto. Fue completamente innecesario. Podría habernos dejado vivir tranquilos a Venedikt y a mí, pero tuvo que venir a arrancarme de sus brazos y destruirlo todo. Odio a mi padre, y el impulso de hacer que pague por lo que me ha hecho es abrumador. De una forma u otra, voy a vengarme.







