Morgan

Un gemido desgarrador escapó de mi garganta mientras una oleada de placer me atravesaba con tanta fuerza que pensé que me iba a desmayar. Mi cuerpo se arqueó hacia él, temblando sin control, y sentí la humedad extenderse entre nosotros.

—Joder... —murmuró Stefan, deteniéndose por un segundo, su mirada fija en mí con una mezcla de sorpresa y lujuria pura.

Me quedé jadeando, intentando recuperar el aliento mientras mi mente luchaba por procesar lo que acababa de pasar. Mi piel ardía, mis músculos temblaban y mi corazón latía tan fuerte que creí que se me iba a salir del pecho.

—lo sient... —intenté decir algo, pero las palabras murieron en mi garganta cuando él empezó a moverse otra vez, como si mi clímax extremo no hubiera sido suficiente para satisfacerlo.

—Eres increíble, ¿lo sabías? —susurró, su tono bajo y ronco mientras se inclinaba sobre mí para besarme con una intensidad que me dejó sin aliento.<