Mundo ficciónIniciar sesiónMorgan
Sin previo aviso me beso. El beso fue... diferente. No era como los otros, esos besos dominantes y hambrientos con los que Stefan solía hacerme perder el control. Este fue suave, casi cuidadoso. Como si, por una vez, se permitiera mostrar algo más que pura lujuria.Gemí contra su boca sin poder evitarlo, sorprendida por la intensidad de lo que me hacía sentir ese toque tan inesperado. Mis manos se aferraron a su camisa mientras su boca continuaba moviéndose sobre la mía, sin prisas, pero con una seguridad devastadora.—¿Qué estás haciendo? —murmuré, mi voz apenas un susurro contra sus labios.—Dándote algo más que un simple regalo. —respondió, su aliento rozando mi piel—. Esto también es parte del trato, ¿recuerdas?—¿Qué trato? ¿El de casarnos a la fuerza y odiarnos mutuamente? —repliqué, aunque mis palabras sonaron menos firmes de lo que pretendía.—El trato de que, si voy a tenerte... será completamente. —Su voz era baj






