Mundo ficciónIniciar sesión—Por ti, sí.
Ella vaciló, sus labios temblando como si quisiera negarlo, pero no pudo.
—Tengo miedo. No solo de Kaelith. Temo de mí misma… de lo que podría llegar a hacer.
—No eres Kaelith, Seraphine —replicó Alaric con suavidad, tomando su rostro entre las manos—. Eres el fuego que puede consumir esa oscuridad. Pero incluso el fuego necesita a alguien que lo cuide para que no se extinga.
—¿Y ese alguien eres tú? —ella lo miró, como desafiando su convicción.
—Sí. Mientras respire.
El viento trajo consigo el olor de la sangre y la tierra húmeda. El silencio se hizo espeso.
—¿Y si Kaelith te arrebata de mí? —murmuró Seraphine—. Como ya intentó quitarme todo.
—No lo hará —Alaric apretó más su mano—. Porque esta







