Mundo ficciónIniciar sesión—Alaric —susurró—, tal vez eso sea lo que significa un hogar. No un lugar, sino las personas que nos dan valor para seguir viviendo.
Alaric la miró con firmeza.
—Entonces ya tienes un hogar, Seraphine. Y yo soy parte de él.
Seraphine guardó silencio, su corazón temblando. No respondió, solo dejó que esas palabras fluyeran, plantando una semilla de esperanza que nunca antes había permitido crecer.
Los soldados empezaron a prepararse para continuar su marcha. El bosque parecía más luminoso, aunque la sombra de Kaelith aún colgaba en la distancia. Pero esta vez, Seraphine caminaba con pasos más ligeros.
—¿Estás lista? —preguntó Alaric suavemente al verla de pie, con el arco colgado a la espalda.
Seraphine suspiró y sonrió apenas.
—No sé si realmente lo estoy&he







