Liora observó las ruinas silenciosas de Mooncliff. —Y esta ciudad… no es solo el lugar donde cayó la Luz. Es el próximo campo de batalla.
Seraphine alzó la vista, contemplando la torre medio destruida, la luna pálida sobre ella y las cenizas de Bloodshadow que flotaban en el aire. —Mooncliff… no ha terminado. Esta grieta… no es el fin. Es el comienzo de la verdadera guerra.
El viento nocturno sopló, trayendo el olor a sangre y a sal marina. A lo lejos, se oyó un aullido prolongado—más numeroso, más cercano.
El suelo de Mooncliff vibró suavemente, como si la propia tierra se preparara para presenciar lo que estaba por venir.
Seraphine se puso de pie con las últimas fuerzas. Sus ojos brillaban blancos y negros a la vez. —Si esta guerra comienza en Mooncliff… la terminaremos aquí.
Alaric se irguió a su lado, ga