"¿Quién haría esto?", se dijo a sí misma con la voz entrecortada. Ahora el lugar le parecía extraño, como si alguien se lo hubiera arrebatado.
Se detuvo al oír un fuerte ruido. Giró rápidamente, con el corazón acelerado en los oídos. La puerta se cerró de golpe tras ella, y al darse la vuelta vio a Callum allí de pie, con el rostro rígido de asombro.
"¿Qué pasa aquí?" La voz de Callum era baja y agresiva, pero con un dejo de preocupación. Rápidamente fue a su lado y examinó la herida.
Al principio, Juniper no respondió porque tenía un nudo en la garganta. Contuvo las lágrimas y tragó saliva con dificultad. No se trataba solo de su trabajo. Lo sentía en los huesos. Alguien le había enviado una nota.
Se giró lentamente hacia él, con los ojos abiertos, comprensivos. "Esto es personal", dijo en voz baja, sintiendo la verdad con fuerza.
Los dedos de Juniper rozaron la fría pared cubierta de grafitis. Me resultó extrañamente familiar, de una manera que me inquietó. No podía apartar la vista