El constante aluvión de flashes ahogó el suave clic de la puerta de la oficina al cerrarse. Juniper y Callum estaban en la puerta del edificio, rodeados por un grupo de reporteros con micrófonos apuntándoles y preguntas que volaban como cuchillos.
"¿Cómo afecta el arresto de Elias a su negocio?", gritó un reportero, interrumpiendo el ruido.
Su corazón se aceleró al mirar a Callum. Desde que lo arrestaron, no había dicho mucho. Ambos comprendían la gravedad de la situación, pero la noticia no les dejaba respirar.
"¿Es cierto que Elias y Rhett eran más que simples socios?", ladró otra voz, acercándose.
Callum avanzó, y sus anchos hombros impidieron que Juniper fuera bombardeada con preguntas. Intentaba mantener la calma mientras apretaba la mandíbula y miraba a la multitud. "No vamos a decir nada ahora", añadió con un gruñido bajo, pero los periodistas no se detuvieron.
Los dedos de Juniper se movieron a su lado y sintió un gran peso en el pecho. Quería irse, pero no había adónde ir. Lo