Capítulo 21. Darse una oportunidad.
Emma se levantó temprano, todavía con una sensación agridulce en el pecho. El día anterior no pudo hablar con Liam sobre lo conversado con sus suegros, porque él enseguida tuvo que irse al trabajo y llegó tarde, muy cansado. No quiso agobiarlo con preocupaciones.
Pero esa mañana necesitaban hablarlo, a pesar de que aquel sería un día agitado por la salida que tenían preparada al parque Buckeye Flat, donde pasarían un fin de semana de tranquilidad.
El aroma del café la guió hasta la cocina, allí los gemelos se encontraban discutiendo sobre los juguetes que debían llevar al viaje. La niñera intentaba contenerlos, aunque en vano.
—¡Yo llevo el dragón rojo! —gritó Lucas, sosteniendo un muñeco de goma como si fuese un trofeo.
—No, yo lo pedí primero, papá lo dijo ayer —protestó Matt, cruzando los brazos.
Emma apareció en el umbral y ambos niños se abalanzaron hacia ella como si fuera la jueza suprema del conflicto.
—¡Emma, dile que es mío! —exigió Lucas, jalando su vestido.
—¡No, Emma, dil