A MERCED DEL DINERO. C223: ¡Esto no puede estar pasando!
Richard frunció ligeramente el ceño al notar la seriedad en el rostro de su padre y lo observó con cierta inquietud.
—¿De qué estás hablando, papá?
—Ya lo verás, hijo. No será ahora mismo, pero después de la boda hablaremos. Ya llegará el momento. Por ahora, disfruta esto. Disfruta tu gran día, disfruta la ceremonia en la iglesia, la fiesta, la emoción del compromiso. Vive plenamente ese instante, tu unión con ella... con Marfil. No voy a arruinar tu matrimonio, hijo. Tampoco voy a obligarte a que te apartes de ella, pero quiero que seas tú mismo quien lo descubra, que seas tú quien se dé cuenta si vale la pena tenerla a tu lado, si realmente ella va a luchar contigo y por ti. Y cuando lo descubras... bueno, entonces sabrás qué camino tomar.
Y sin añadir nada más, se dio la vuelta, dejando a Richard paralizado, con el pecho apretado por una sensación difícil de nombrar. Confusión. Alerta. Algo se había encendido dentro de él, un presentimiento que no alcanzaba a definir, pero que deci