A MERCED DEL DINERO. C224: No tengo ganas.
Marfil estaba al borde del colapso, pues había esperado ese viaje con ansias.
—Ya, cálmate, mi amor, por favor —pidió Richard, mientras intentaba acercarse—. Ha de ser un error. Y mira, si no nos vamos hoy, podemos ir mañana, o cualquier otro día. Lo voy a solucionar, pero esta noche ya no hay nada que hacer.
Pero Marfil no podía aceptar esa realidad con facilidad. Chasqueó la lengua, visiblemente molesta, con sus ojos clavados en el suelo como si allí encontrara alguna explicación.
—No puede ser, Richard. ¿De verdad vamos a irnos a casa sin hacer nada? ¡Teníamos que estar en Miami mañana!
—Ya sé —asintió él, intentando no mostrarse vencido—. Lo entiendo perfectamente, pero en este momento no hay absolutamente nada que yo pueda hacer. Solamente esperar. Mañana hablaré con el banco y, si no hay solución, hablaré con mi padre. Y, por desgracia, tampoco puedo llevarte a ningún lado a cenar, porque tengo las tarjetas bloqueadas. Tengo algo de dinero en efectivo, pero creo que deberíamos g